Recordamos al emir Alhamar I en el aniversario de su fallecimiento el 20 de enero de 1273.
Alhamar nació en Aryuna (Arjona, Jaén), el 19 de Julio de 1195, en esta misma ciudad jiennense es proclamado emir el 16 de Julio de 1232, al ser proclamado emir, funda una nueva dinastía, «La Nazarí», oficialmente definida como «La Taifa Nazarí de Aryuna». Su condición de Tagrí le llevó a ganarse el favor de localidades cercanas como la actual Porcuna, y sólo un año después Jaén, donde trasladó la capital de su reino.
Su hegemonía quedó de manifiesto al unirse Guadix y otras ciudades granadinas. A partir de 1238 se le unen Almería, Granada y Málaga. Desde ahí el devenir histórico lo acerca a Granada, desde donde y tras la toma de Jaén por Fernando III, se ejerce la capital de la neonata dinastía y se legitima la continuidad de todo un reino, el de Granada. Aún es recordada su entrada triunfal en Granada por la puerta de Elvira pronunciando las palabras que se convertirían en la divisa nazarí “Sólo Allah es vencedor”.
Alhamar fue un héroe, un triunfador, un gran guerrero, un gran diplomático y muy longevo, por eso consiguió fundar y consolidar el Reino de Granada. Las crónicas recogen sus últimos momentos, el 19 de febrero de 1273 volvía a caballo de una parada militar, se sintió mal y cayó al suelo, echó un vomito verde, sus criados lo llevaron a palacio y murió al día siguiente.
Gracias a este emir tenemos la Alhambra y existió el Reino Nazarí sin el cual no habría existido luego el Reino de Granada cristiano, es una pena que no haya un gran monumento en su honor en la ciudad de Granada.